Una universidad sin libros de texto
Una universidad sin libros de texto
Por Natalia Sanmartin
Revista Per Se
Los alumnos del Thomas Aquinas College utilizan como manuales las obras de los grandes clásicos. Lo que hacen es sumergirse en la obra de Aristóteles, Santo Tomás de Aquino, Newton o T. S. Eliot, pero sin intermediarios.
Los alumnos del Thomas Aquinas College de Santa Paula (California), una universidad centrada en lo que los anglosajones denominan Liberal Arts (educación clásica que incluye arte, filosofía, política, matemáticas, historia, ciencia y teología), no tienen libros de texto. No estudian manuales para abordar la filosofía de Aristóteles, el pensamiento de Santo Tomás de Aquino, la física de Newton o la revolución que provocó en la poesía la obra de T. S. Eliot. Lo que hacen es sumergirse en la obra de Aristóteles, Santo Tomás de Aquino, Newton o T. S. Eliot. Sin intermediarios.
“Nosotros no tenemos libros de texto porque nuestro plan de estudios está basado en las obras originales de los grandes autores y pensadores de la civilización occidental: desde científicos, a matemáticos, filósofos y teólogos”, explican desde el centro.
No es la única diferencia entre la Thomas Aquinas y el resto de universidades. En este complejo universitario de Santa Paula, que ha sido elegido como la tercera mejor escuela de Liberal Arts de EE UU y la quinta mejor universidad privada del país, tampoco hay lectures (conferencias), es decir, las clases no se componen de un profesor que habla y un grupo de alumnos que escuchan.
“Utilizamos el método socrático en nuestras clases, que nunca están compuestas por más de 20 alumnos”.
El método de estudio consiste esencialmente en conversaciones a lo largo de tutorías, seminarios y laboratorios dirigidos por profesores de alto nivel académico, cuya labor es ayudar a los alumnos en el trabajo de leer, analizar y evaluar las grandes obras del pensamiento occidental. “Todos los estudiantes tienen prácticas diarias en el arte de la redacción, la gramática y la retórica, la lectura y análisis de texto, la demostración matemática y laboratorio”.
Del mismo modo, y al contrario que el resto de las universidades del país, las asignaturas no se dividen en majors y minors, ni en optativas o especializadas. Todos los alumnos abordan todas las asignaturas. “Las artes y las ciencias que componen nuestro currículo forman parte de un todo. Buscamos una visión integrada de la vida y el pensamiento”.
¿Una revolución académica? Desde la universidad responden a las críticas que acusan al centro de querer volver al pasado con mucho sentido del humor. “No queremos volver a los años 50… lo que tratamos de hacer es volver a 1250”.
Así, la idea de la Thomas Aquinas de aplicar el método socrático se inspira directamente en las fórmulas de estudio que florecieron en la Antigua Grecia y en las grandes universidades católicas fundadas en el Medievo -desde Oxford a la Sorbona, desde Bolonia a Cambridge, La Sapienza o Salamanca- cuando la mente del Doctor Angélico construía la Summa Theológica y asombraba a Europa.
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