Bestiario II
Bestiario de 1º B
Prólogo
El destino de los ejercicios escolares es diverso. Muchas veces las composiciones escritas de los alumnos quedan archivadas esperando que el polvo o el olvido las vayan sepultando; otras, los propios alumnos, amorosamente, las guardan en sus escritorios como muestras de sus tanteos con las buenas letras... En esta ocasión hemos querido facilitar la tarea a quienes gustan de conservar lo escrito y hemos recogido en estas páginas una pequeña muestra de los trabajos que han ido presentando los alumnos de 1º de ESO (grupo B) a su profesor de Lengua Española a lo largo del primer mes de clase.
Este librito, amable lector, se organiza en tres partes. La primera contiene un bestiario ilustrado en cuya realización han participado todos los alumnos del grupo. Algunas bestias de las recogidas aquí son inofensivas, a pesar de su aspecto; otras, en cambio, parecen salidas de alguna pesadilla nocturna... o diurna.
La segunda parte está formada por una selección de los escritos que respondieron con más o menos ingenio a dos preguntas tomadas de un libro de Rudyard Kipling: cómo les salió la trompa a los elefantes y cómo les salió a los dromedarios la joroba. Se trata, pues, de un ejercicio de variaciones sobre un mismo tema.
Para la tercera parte, les dimos a los alumnos la primera frase de un libro de Franz Kafka, La metamorfosis, y —sin contarles la historia— les pedimos que ellos la continuaran. Menos los muchachos extranjeros que han llegado hace poco y que todavía no tienen suficiente dominio de la lengua escrita, todos los demás escribieron sobre las tribulaciones del pobre Gregorio Samsa. Algunos de los escritos tienen un aire dramático; otros, humorístico. Pero si tenemos en cuenta que las historias las escribieron muchachos de doce años, llegaremos a la conclusión de que, en general, no están nada mal. Juzgue usted mismo.
Santa Coloma, 25 de octubre de 2001.
Francisco Gallardo Díaz
[En breve transcribiremos todos los textos escritos a los que se alude en esta presentación. Disculpen las molestias.]
Bestiario
Cordialico
No parece un monstruo antipático sino todo lo contrario: simpático, amistoso y con gran sentido del humor. Yo lo llamaría alado, que es sinónimo de ángel, puesto que sus alas son miuy similares a las que se suele atribuir a los ángeles. Pero también se le podría llamar cordialico debido al aspecto de cordialidad y simpatía que desprende esta bestia.
Tiene los ojos colgando de una antena larga y fina y, seguramente, un oído muy sensible a cualquier sonido por muy susurrante que sea y por muy lejos que se haya producido. Tiene la cabeza en forma de dos rombos; el rombo exterior es más grande (una mitad es gris, la otra azul), el rombo interior es más pequeño que el exterior, pero también tiene una mitad azul y la otra gris. Su boca y su nariz son iguales que las de los humanos y sus orejas, en forma de aro, captan el sonido por sondas. Una de sus habilidades es volar gracias a sus alas, que si las comparamos con el resto de su cuerpo, son visiblemente grandes; también se le da muy bien saltar muy alto, incluso más alto que el canguro, gracias a sus piernas flexibles en forma de muelle.
Seguramente vive en montañas altas y solitarias sólo habitadas por pájaros, a las que sólo se puede acceder volando, por su difícil acceso. Se alimenta exclusivamente de vegetales y frutos de árboles como la castaña o la avellana, y su depredador más temido es el águila real.
Celeste Muñoz Martínez (1º ESO, grupo B)
Parásito
Esta bestia no tiene muchas características humanas pero la forma de su cabeza es semejante a la humana. Por su aspecto yo lo llamaría parásito, puesto que sólo se podría ver con un microscopio médico (es lo que llamamos de tamaño microscópico) y también transporta una enfermedad mortal, por lo que se le podría llamar microbio.
Tiene dos brazos y cuatro piernas, y aunque a primera vista sus brazos y sus piernas sean iguales y los utilice para lo mismo, se distinguen por su color: sus piernas son verde claro y sus brazos de un marrón claro (lo mismo que su cabeza). No tiene manos pero tiene cuatro largas uñas de color lila fuerte que le permiten agarrar cualquier cosa.
Su larga cola, del mismo color que las manos y la cabeza, es decir, marrón, acaba en forma de cuatro puntas. También tiene un ojo muy grande y redondo y unas orejas diminutas por las que no oiría ni la erupción de un volcán. Por ser un microbio habita en el cuerpo humano provocando una enfermedad que sé que no es muy frecuente (sólo se conocen catorce casos en todo el mundo: en zonas de Oceanía, Camerún, Egipto, Italia, Canadá, Japón y la India). No creo que tenga depredadores pero posiblemente el hombre se encargará de exterminarlo y de fabricar venenos para acabar con él.
Celeste Muñoz Martínez (1º ESO, grupo B)
Serpenhompez
Tiene escamas alrededor de su cuerpo, la cabeza de un hombre y el cuerpo de serpiente. Come todo tipo de animales pequeños. Puede adaptarse a todos los climas. Tiene numerosos depredadores: todos los animales que sean más grandes que él. Se desplaza arrastrándose y nadando.
Víctor Manuel Aguilar Calvo
Horlefat
Tiene la cabeza de un elefante y el cuerpo de una hormiga gigante. Come todo tipo de plantas. Tiene numerosos depredadores: cualquier animal que sea más grande que él. Acostumbra a recoger comida y a trabajar como una hormiga.
Víctor Manuel Aguilar Calvo
Technor
Vive en lugares pantanosos y rocosos adentrándose en la espesa jungla del Congo. Sólo teme le calor y el fuego (con lo primero se seca y con lo segundo se derrite). Su único enemigod son las armas de fuego de los hombres. Le gusta salir las noches frías para buscar alimento. Mide unos dos metros de alto, es anaranjado, cabeza alargada, inteligencia desarrollada, dos fuertes pinzas a cada lado de la boca, lengua interior desarrollada, fuertes manos y pies para escalar y nadar. Le distingue su alargada cabeza y su alargada cola.
Cuenta la leyenda que la casa del pantano está encantada, allí es donde empezó todo. Cuando la familia Sadler compró esa casa, se dice que allí atraparon al monstruo technor. Cada noche, desde ese día, se oyen aullidos terribles, cada noche. Como si la familia del techno echara de menos al que atraparon. Desde ese día los technor se enfadaron con los humanos y cada vez que ven alguno lo borran del mapa. Nunca se ha visto más a la familia Sadler; sólo se han encontrado huellas y sangre, mucha sangre, en su casa.
Joshua Sánchez Romero
[Veure altres bestiaris.]