Nacimos después del 68

per Institut Puig Castellar darrera modificació 2020-12-21T14:04:54+02:00
Impresiones de Juani Ramírez (ex alumna), con motivo del 25º aniversario

Nacimos después del 68

Nacimos después del 68, fuimos una generación oprimida por la dictadura, nacidos bajo el signo de la opresión, con la esperanza rebosando en nuestros corazones, con la utopía por compañera.

Quizá no sea yo la más apropiada para hablar de aquel entonces, de recordar aquellos que no eran mis tiempos de estudiante, pues sólo contaba con pocos años. Creo que me hubiera gustado poder gritar y reclamar todo lo que los jóvenes de esa generación hacían, luchar bajo el oscuro manto de una dictadura para poder alcanzar la luz de la libertad. Algo se me estremeció en la conciencia y dejará sus huellas en mí, que a mis veintiséis años, en esta edad en la que por costumbre todos tienen ya su vida planificada, se me ocurrió que jamás era tarde para entrar en un instituto. Pensé que por lo que mis amigos relataban, éste sería el lugar idóneo para mezclarme con gente joven, con sangre joven dispuesta a luchar para mejorar nuestro negro futuro.

Creo que no me equivoqué demasiado, aún quedan jóvenes con esperanza de futuro, aunque también hay una gran mayoría que espera sentada a que los laureles de las victorias se los traigan a casa, es como si algo se hubiera quedado adormilado, como si alguien nos inculcara que lo que le pase al resto del mundo no es nuestro problema.

Además de todo esto, creo que lo que más me ha defraudado, lo único que no puedo ni quiero llegar a concebir, es que aquella generación que luchó en el 68 se haya olvidado de algo primordial. Aunque esta crítica no sea valedera para una mayoría, me apena que lo sea para una minoría. Me refiero lógicamente a quienes dedican su tiempo laboral a impartir clases, a esas personitas que por cobrar un sueldo a fin de mes se dedican a la enseñanza, trabajo que bajo mi punto de vista debe nacer en el corazón, tendría que ser como algo maravilloso contagiar a los jóvenes el impulso de aprender conocimientos nuevos, de engrandecer nuestra inteligencia, de mejorar nuestra cultura. Todo esto parece una utopía para algunos profesores, que estoy segura pensaban igual en aquellos 60.

Hoy, después de 25 años, siento que esto sea una crítica que, sin ningún derecho quizás, me he atrevido a alzar, pero me entristece muchísimo porque la desgana de algunos alumnos se acrecienta con la pasividad de los profesores que en estos tiempos de democracia no son, algunos, sino unos dictadores.

Juani Ramírez, ex alumna

Santa Coloma, mayo de 1994.

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