El carnaval dels animals

El carnaval dels animals

• El pasado jueves, 10 de febrero, a las 16.45, en el salón de actos, vimos una obra musical descriptiva (fue creada en 1876). Esta obra musical describía muchos tipos de animales sólo con instrumentos. Los músicos eran eslovacos; el grupo estaba formado por: el violín, la viola, el violonchelo, el contrabajo, el clarinete, la flauta travesera, el xilófono y el piano o teclados. Con todos estos instrumentos, interpretaron las voces de los siguientes animales: el león, la gallina, el caballo, la tortuga, el elefante, el canguro, los peces de un acuario, el burro, el cuclillo, diferentes pájaros, un cisne, una oca… y otros personajes, como un pianista desafinado. Fue una representación alegre y muy descriptiva. Me gustó porque era amena y divertida al escuchar algunas características de los animales representadas con instrumentos y saber a qué animal se refería en cada caso. Aparte de instruirnos con aspectos musicales, la audición nos obligó a asociar lo que oíamos con el animal que nos habían dicho previamente. Por estas y otras características, puedo decir que la audición me gustó y que fue divertido ver cómo interpretaban este carnaval de los animales.

Gisela Ruiz Vega (2º de ESO)

• El pasado jueves, día 10 de febrero, asistimos a una audición, El Carnaval de los animales, en la sala de actos. Era música descriptiva. Con la ayuda de nueve instrumentos (dos violines, una viola, un violonchelo, un clarinete, un piano, una flauta travesera, un xilófono y un contrabajo) simulaban las voces de doce animales diferentes: pájaros, elefantes, tortugas, caballos… Y a cada uno de ellos le atribuían un sonido diferente que caracterizaba al animal al que se referían. El concierto duró una hora escasa. A lo largo de la obra, un hombre se encargaba de las acotaciones, lo que facilitaba el reconocimiento de los animales. Personalmente, me gustó mucho esta audición, porque era muy llevadera, no era pesada, y eso facilitó su seguimiento.

Alba González Rodríguez (2º de ESO)

[Aquests comentaris van estar publicats a la revista Sota el cel del Puig, núm. 21, maig de 2005.]