A los lectores
A los lectores
Queridos amigos:
Mi nombre es Natàlia Fernández Hervás. Hoy quiero opinar sobre
lo que pasa con los perros actualmente. En Navidad muchos niños tienen el
capricho de pedir un perrito, por eso cuando viene Papá Noel, o los Reyes
Magos, le traen uno. Los niños se divierten con los perros, pero ¿y los padres?
Los padres tienen la preocupación de que, cuando llega el verano, no saben qué
hacer con el cachorro. Lo primero que algunos pueden pensar es en abandonarlo o
en matarlo. En fin, que las frases más corrientes son éstas: “Mamá, para Reyes
quiero un perrito” y “Bueno, hijo, como nos tenemos que ir de vacaciones,
tenemos que dejar el perro en la calle.”
A mí me da mucha pena ver siempre algún
perro malherido junto a la carretera. Los niños de hoy día no tienen pena de
nada; cuando ven a un perro abandonado lo maltratan o le pegan, o vete a saber
lo que hacen con él. Pero los perros son nuestros mejores compañeros. Nos
ayudan, nos quitan preocupaciones, nos alegran. Sirven para muchas cosas, son
guardianes, guías para los ciegos... Tienen derecho a vivir. Cuando vi por la
televisión que decían que habían entrado unos bestias en una perrera y que
habían hecho sufrir a todos los perros de allí, me fui corriendo a mi
habitación a llorar como nunca.
Algunas personas como yo no podríamos vivir
sin perros. Un perro, cuando lo abandonan, se pone enfermo y triste, cree que
ha llegado su fin. Hay algunos perros de los que la gente dice que son malos,
pero eso es mentira, son sus amos quienes los convierten en seres monstruosos y
criminales. Nosotros tenemos dos perros, los recogimos en la calle. Ellos nos
quieren mucho porque saben que les damos y les daremos refugio.
Bueno, quiero que la gente reflexione antes
de comprar un perro. Podrían recoger de la calle algún perro abandonado o de la
perrera.
Un beso.
Natàlia Fernández Hervás (1r d’ESO)
[Aquesta carta va estar publicada a la revista Sota el cel del Puig, núm. 10, juny de 2002.]