La guerra: pasado y presente
La guerra, pasado y presente
Kuwait. Nos situamos en agosto de 1990, hace doce años, cuando Kuwait fue invadido por Saddam Hussein, dictador de Iraq. EEUU entra en guerra con Iraq para expulsar a los iraquíes de Kuwait. El mundo entero se moviliza por la paz. Aquella fue una guerra sanguinaria y violenta, pero igual de ilegal que ésta (y que cualquiera otra); la posición del Gobierno español fue la misma que en este conflicto, a favor de EEUU.
Estas dos guerras, la del 1991 y la de ahora, tienen un pasado. Para conocerlo, hay que situarse un poco más atrás, en 1978, una fecha clave para Iraq, que lleva desde entonces viviendo en guerra (no siempre declarada). Saddam Hussein llega al poder de la mano de EEUU, aliado suyo en aquel momento. Como pago por haber alcanzado el poder, Saddam Hussein tiene que declarar la guerra a Irán para ayudar a EEUU a controlar el Golfo Pérsico y, de paso, el suministro de petróleo iraní. Iraq seguiría sirviendo a los intereses de EEUU cambiando petróleo por dólares. Pero EEUU no cumple su parte del trato y rompe su alianza con Iraq. Saddam Hussein tenía que buscar algún modo de vengarse que le resultara beneficioso.
Como Iraq poseía armas que le habían suministrado los norteamericanos, invadió Kuwait con la excusa de que este país se aprovechaba de los pozos de petróleo que compartían. Este fue el principio de la que se llamó Guerra del Golfo porque sucedió en el Golfo Pérsico y de la que se dijo que iba ser la madre de todas las batallas.
Ahora la guerra ha estallado otra vez. Los países que la apoyan son EEUU, el Reino Unido y España (que ha enviado tropas que supuestamente no atacarán). Quieren conseguir derribar a Saddam y cambiar el Gobierno del país.
La guerra empezó el día 19 de marzo con bombardeos sobre Iraq. Un cuarto de hora antes sonaban las alarmas y la gente corría a sus refugios. Pero el ataque angloamericano fue más fuerte al día siguiente, con el inicio de la ofensiva por tierra y con el lanzamiento de nuevas bombas de precisión sobre Bagdad en busca de la residencia de Saddam y del refugio donde creían que estaba escondido. Además, el Pentágono se guarda un ataque masivo y devastador.
Los ataques quirúrgicos contra Bagdad se han ido repitiendo; algunas localidades del sur de Iraq han sido tomadas y tropas iraquíes se han ido rindiendo a las fuerzas invasoras. Los norteamericanos han tratado de convencer a los militares iraquíes de que es suicida luchar por defender un régimen que está condenado a desaparecer y a la opinión pública internacional de que el número de muertes de civiles es menor del que los iraquíes dicen, pero la verdad es que el número de civiles muertos en los ataques es cada día mayor.
La gente se manifiesta en todo el mundo contra esta guerra y cada uno de los manifestantes ha puesto su granito de arena por la paz en un gran montón. Pero nosotras como millones de ciudadanos de este país queremos ser escuchadas, pues la democracia consiste en escuchar lo que dice el pueblo. Y no entendemos la posición del Gobierno ni por qué ignora la voz de la opinión pública y hace oídos sordos a lo que se oye en las calles de todas las ciudades: NO A LA GUERRA y SÍ A LA PAZ, y diciendo esto no decimos que queremos que se quede Saldan como dictador de su país, sino que su salida se logre por otros medios.
Imaginamos a los niños que nacieron en Iraq cuando la Guerra del Golfo. Ahora tendrán nuestra edad, trece años. Todavía no saben qué significa la palabra paz, quizá la ven como algo lejano. Su país, que era rico, ahora es pobre porque, al perder la guerra, fue sometido al embargo y a la política de petróleo por alimentos. No podemos ni imaginar la desgracia que sufren esos niños iraquíes, que saben lo que es la guerra y lo que es vivir sus consecuencias, pero no pueden comprender —por muy sencillo que sea comprender la muerte— por qué mueren sus familiares y amigos ni los complejos motivos que han llevado a esto, y acaso nunca los conozcan ellos ni nosotros tampoco.
El resultado final de esta guerra no puede ser otra vez petróleo por alimentos, pues ese petróleo lleva en cada una de sus gotas la imagen clavada de cada una de las víctimas de la guerra, sino paz duradera para que los iraquíes puedan valerse por sí mismos.
Celeste Muñoz Martínez, Ana Mª Jiménez Garrober y Yolanda Fernández Medina (2º de ESO)
Las armas de la guerra
Hemos decidido hablar sobre las armas que se están utilizando en la guerra contra Iraq. No queremos que parezca que nos gusta la guerra por el tipo de armamento que se emplea, sino que quisiéramos señalar el daño que algunas de estas armas pueden llegar a producir a las personas.
El lunes 24 de marzo encontramos en La Vanguardia una noticia, “Ofensiva sin cuartel. Día 4”, en la que se informaba que en esta guerra los estadounidenses había probado por primera vez los vehículos blindados Stryker, con un lanzagranadas opcional que puede ser accionado desde el interior, con tracción en las cuatro o en las ocho ruedas —hinchables y deshinchables— desde el interior y con revestimiento cerámico que le protege de la artillería. Los Stryke están diseñados para poder ser transportados en aviones Hércules C-130.
Por otra parte, los estadounidenses estarían utilizando, además, bombas de fragmentación con cargas explosivas con GPS y sistema intercial que se dispersan hacia su objetivo y estallan disparando fragmentos metálicos, a pesar de que están prohibidas.
El miércoles día 9 de abril, acabamos de leer, en la información titulada “El asedio a la capital. Día 20”, que los estadounidenses utilizan A-10 Thunderbolt II para bombardear Iraq. Los Thunderbolt alcanzan una velocidad máxima de 623 km/h. Una carga útil de 7200 kg lleva hasta 11 misiles y su radio de combate es de 100 m. Con estas armas, cualquiera puede ganar una guerra, pero también cualquiera puede acabar con personas inocentes.
Parece como si EEUU participara en las guerras con el objetivo de probar nuevas armas que puedan provocar un inmenso caos en pueblos y ciudades, lugares que no merecen ser objeto de pruebas. Tanques, cazas, bombarderos, portaaviones, soldados de élite y otros tipos de armas causan terror entre la población iraquí. Por mucho que Bush hable de “liberación”, lo que utiliza son armas que sólo sirven para matar.
Mientras las tropas anglonorteamericanas buscan a Saddam, miles de civiles iraquíes sufren en su propio cuerpo las consecuencias más terribles de la guerra. ¿Por qué? ¿Por dinero? ¿Por petróleo? ¿Por venganza? ¿Por experimentar nuevas armas? ¿O por el capricho de algunos gobernantes? La muerte de inocentes nunca estará justificada.
Francisco Cruz Illán y Sergio Urbano Sánchez (2º de ESO)
No a la guerra, sí a la paz
El 20 de marzo de este año empezó una guerra —no deseada por la mayoría del mundo— entre Estados Unidos e Iraq. De los países de la Unión Europea, sólo España ha apoyado a los EEUU, aunque verdaderamente en nuestro país sólo están a favor el presidente del Gobierno y algunas personas más. En EEUU hay gente que está a favor de la guerra y gente que está en contra.
Ha habido manifestaciones contra la guerra y por la paz en todo el mundo. Por ejemplo, en Santa Coloma de Gramenet, que es donde nosotras vivimos, todos los días a las diez de la noche salen los vecinos al balcón con cacerolas y empiezan a golpearlas, y están así quince minutos, demostrando que están en contra de la guerra. Barcelona es una de las ciudades en las que ha asistido más gente a las manifestaciones, y en algunas de esas manifestaciones ha habido destrozos, como, por ejemplo, en El Corte Inglés, en los McDonalds, etc., sobre todo de productos procedentes de Estados Unidos. En otras ciudades se manifiestan de forma diferente (por ejemplo, con velas).
En Iraq hay gente que está contra la guerra y gente que está dispuesta a luchar y sale a la calle con armas. Antes muchas personas estaban en contra, pero al ver cómo eran heridos o morían algunos de sus familiares, se han puesto a favor de seguir luchando.
En esta guerra está muriendo mucha gente inocente por culpa de ciertos países, Estados Unidos es uno de ellos. Muchos iraquíes están perdiendo su casa como consecuencia de los bombardeos. Aunque al principio Estados Unidos decía que en esta guerra no iba a morir gente inocente, ahora resulta que eso no es verdad.
Y nosotras nos preguntamos qué culpa tienen los niños. Creemos que los niños no tienen ninguna culpa de que les maten a sus familiares ni que les destruyan sus casas o les hieran a ellos mismos. Aunque también los niños de Estados Unidos están sufriendo porque familiares suyos están en la guerra y no saben si podrán volver a verlos. Todos hemos visto las fotos de dos niñas, una norteamericana, que sufría porque su padre había sido hecho prisionero por los iraquíes, y otra iraquí, con la cara vendada porque había sido herida en un bombardeo.
Nosotras pensamos que los conflictos podrían solucionarse negociando o de cualquier otro modo pacífico, pero no destruyendo un país ni matando personas y haciendo sufrir a gente inocente que no tiene nada que ver con los motivos que pueda tener Bush, el presidente de los Estados Unidos, para bombardear Iraq.
Creemos que la guerra es una barbaridad, porque los iraquíes no tienen la culpa de tener los dirigentes que tienen. También pensamos que si algunos quieren guerra, la deberían hacer entre ellos, pero nunca donde vive gente inocente, y menos si esta gente son niños que están tranquilamente, felices, en su casa, con su familia. Pero además de que no queremos que los niños se vean metidos en esto de la guerra, tampoco queremos que los mayores la hagan. Si no hubiera guerra, nadie moriría de esta manera, ni los niños ni los adultos saldrían heridos. Todos viviríamos en paz, sin guerras ni atentados ni este tipo de crímenes.
Esperemos que esta guerra acabe cuanto antes.
Judit Barrientos Solera, Cristina Godoy Garay, Paula Sanz Jiménez, y Tania Trabadelo Pérez (2º de ESO)
La guerra contra los niños
¿Es que acaso han pensado quienes han empezado la guerra de Iraq en sus consecuencias? Los más inocentes son los que mueren más fácilmente.
Los niños, encerrados en algún sitio oscuro, aterrorizados, sin agua ni comida, se esconden esperando tan solo a que este infierno acabe lo más pronto posible. Muchos de ellos saben cómo pueden morir, como han muerto algunos de sus familiares o vecinos. Sufren diariamente el miedo de acabar gravemente heridos, muertos o huérfanos, con sus padres y hermanos muertos a su lado. ¿Qué se puede hacer para evitar esto? De momento, lo único que puede hacer es tratar de llegar hasta el corazón de los gobernantes con las manifestaciones para pedir la paz. Si estamos todos unidos contra la guerra, quizá podamos conseguir algo.
Cuando alguien que se está muriendo de hambre roba una barra de pan y se la lleva a su madre que está enferma, se convierte en un delincuente. ¿No es acaso mucho peor matar a niños de 5 o 6 años cada día? ¿Cómo tenemos que llamar a los que han provocado todas estas muertes en Iraq?
¿Cómo se puede decir ante la fotografía de una niña que tiene las piernas mutiladas que se trata de un montaje? ¿Cómo se atreve un gobernante a decir eso? ¿Son todas las fotografías con cadáveres de civiles un montaje fotográfico? ¿Hay algo más cruel que negar la realidad en estos casos o que no querer verla?
En estos tiempos de guerra necesitamos reflexiones profundas. Todos tenemos que preguntarnos: ¿es que para alimentar a nuestros vehículos tienen que morir esas personas? No lo creemos así. Creemos que tiene que haber otros métodos para conseguir que el petróleo iraquí llegue a nuestros países.
A todas esas personas, a todos esos iraquíes, grandes y niños, que cuando oyen caer una bomba son víctimas del terror, a todos aquellos que han sido malheridos o que han perdido a sus familiares y amigos, sólo podemos darles un consejo: tened esperanza. Porque vuestra esperanza es la misma que la nuestra: que esta catástrofe acabe lo antes posible.
Víctor Santos Jurado (2º de ESO)
Nenes que pateixen per la guerra
Elizabeth Heathman, de 4 anys, és una nena d’Amèrica, està trista perquè el seu pare se n’ha anat a la guerra. La nena no sap per què existeix la guerra, no sabem si ella sap ben bé el que és la guerra, però deu pensar que és una ximpleria perquè hi moren moltes persones i pot morir el seu pare. El que més desitja en aquest moment és que torni el seu pare per jugar i estar amb ell.
A Bagdad hi ha una altra noia de la mateixa edat que l’Elisabet. A aquesta nena el que li passa és que està afectada física i psíquicament pels bombardejos de la guerra, ella tampoc ho sap per què existeix la guerra, però deu pensar el mateix que l’Elizabeth. Aquestes dues nenes estan unides pel dolor: una pateix dolors físics i morals de la guerra, i l’altra sent el que causa l’absència.
Nosaltres pensem que la guerra no serveix per a res. Aquestes nenes ens fan una mica de pena, i desitgem que torni el pare de l’Elizabeth i que es recuperi la noia de Bagdad.
Sebas Troyano, Franc Vázquez i Cristian.Benítez (1r d’ESO)
Stop the war demonstrations
Yesterday was a great day for me. I was in the Segarra theatre, playing with the orchestra, we were playing our instruments when suddenly a weak noise stated to grow. When we finished the movement, we spent about 15 minutes making noise. The audicen went out of the theatre, to the hall and there they made noise while we were hitting our music stand with the violin bows.
The image technicians turned the lights down till everything got dark. I was a fantastic moment. The noise went on, we were against war.
Aaron Fortuño (2n de Batxillerat)
Yesterday was a great day for all of us. We went to the demonstration against the war in Irak. We went to Barcelona.
Firstly we went to “Plaça de la Vila” to get together, later we took the underground to Universitat (we sang and shouted against this government) then we joined the think the same way you do, and these people are peaceful.
While we were shouting some skin heads vandalised some shops of the center of the city. In some moments I felt frightened because there were a lot of policemen. I was thingking about some photographies taken in Madrid showing a policeman hitting a demonstration. The demonstration finished with some incidents. Then we returned home safe.
Óscar Curero (2n de Batxillerat)
The war in Irak doesn’t stop. The demonstrations against it don’t stop either. Yesterday there were many demonstrations around the world, the biggest one was in Barcelona, where thousands of people protested against the war.
The demonstration in Barcelona was developing quietly and peacefuly until a radical group of demonstrations started to make violence against the other people and against the police. The tragic part arrived when a group of radicals went to a commercial centre and started to hi the doors. The shoplifting started. The policemen couldn’t do anything about this because the little group became bigger.
The government accused the people who were on the demonstration for defending the freedom of Irak with violence, something quite ironic.
Sergio Santamaría (2n de Batxillerat)
Les manifestacions en contra de la guerra
Hi ha hagut moltes manifestacions a causa de la guerra. Els universitaris son gairebé els que més han aguantant fent parar els cotxes a les autopistes, posant-se als carrers etc.
Però la guerra també ens afecta a nosaltres perquè estem preocupats per la gent que la pateix.
Deien que les manifestacions eren pacífiques, i després acaben destruint els aparadors, les botigues i robant...
Nosaltres pensem que es poden manifestar però sense passar-se.
Pensem que el podríem fer la majoria dels ciutadans d’aquest país que no estiguem d'acord amb el president Aznar en la decisió de donar suport al president Bush en fer la guerra, el que hauríem de fer, seria no votar al Partit Popular que tornaria de president del govern Aznar, així podríem evitar que passés el mateix.
Carlos Mogro, Isabel Fuentes, Antonio Peñaranda y Míriam García (1º de ESO)
[Aquests comentaris van estar publicats a la revista Sota el cel del Puig, núm. 15, juny de 2003.]