Copago: la solución al déficit
Copago: la solución al déficit
“No subiré los impuestos” -frase pronunciada por el actual presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, durante la campaña electoral de 2011.
“No se preveía este desfase presupuestario, por eso este Gobierno se ve obligado a tomar medidas que no habría tomado en otras circunstancias”-frase pronunciada por la actual vicepresidenta del Gobierno, Soraya Saénz de Santamaría, durante una comparecencia de prensa en el Palacio de la Moncloa el 30 de Diciembre de 2011.
Estas palabras dejan en evidencia al Partido Popular, ya que contradicen el programa de gobierno que predicaba el PP durante su campaña electoral, en el que criticaban todas las medidas adoptadas por el entonces Gobierno socialista de Zapatero para combatir la grave crisis económica que padecía España- y sigue padeciendo – y también Europa desde el año 2008.
Por si la subida del IRPF y el IBI parecían pocos recortes, sumados al tijeretazo que han realizado en Educación y a la amnistía fiscal con la que se pretende combatir la evasión de capitales – una medida que facilita el fraude a los grandes empresarios -, ahora ha llegado el turno de la Sanidad. La idea de pagar cada vez que visitemos los ambulatorios y los hospitales es la opción favorita del Gobierno para recaptar dinero y reducir el déficit público.
En la mayoría de países europeos, el copago sanitario ya existe: por ejemplo, en Italia, el precio que tendríamos que pagar por ir a un especialista sería de 10 euros, mientras que por una falsa urgencia nos cobrarían 25 euros.
Aunque el Gobierno afirma que es una medida necesaria para reducir el déficit, no hay ninguna garantía de que sea una reforma efectiva; de hecho, en Portugal existe el copago desde el año 1986 – llevan 25 años con él -,cuyo objetivo era el de disuadir a la población de visitar a los médicos de forma innecesaria, y sin embargo su sistema sanitario es deficitario. En Francia, se permite al ciudadano elegir al médico y al centro de asistencia donde desea ser atendido, pero a cambio deben pagar por adelantado la factura, que luego el Estado reembolsa la mayor parte. En las consultas médicas, los ciudadanos franceses deben abonar el 20% de la factura (
El copago, además, beneficiará a las farmacéuticas, ya que ahora tendremos que sufragar parte del coste de los medicamentos con receta, lo que les permite a las famacéuticas ahorrar parte del coste del medicamento y quedarse la diferencia.
Por supuesto, los más afectados por esta medida son los discapacitados y los enfermos crónicos, ya que necesitan constantes atenciones médicas y un suministramiento periódico de diversos medicamentos. Los jubilados, por su parte, si bien la mayoria abusan del sistema sanitario, acudiendo innecesariamente y acumulando medicamentos que usan un par de veces y luego los guardan como si de un trofeo se tratase, también se verán afectados por el copago, ya que también necesitan medicamentos para paliar diversas dolencias producidas por la edad.
Teniendo en cuenta la situación económica del país, en la que hay cientos de miles de familias que no tienen ningún tipo de ingreso en sus cuentas bancarias, subiendo los impuestos y encareciendo el acceso al servicio sanitario es una auténtica locura. Se pone en riesgo la vida de millones de enfermos que no podrán pagar aquella medicina que, aunque no los sane completamente, les permite tener una calidad de vida digna. ¿Qué clase de vida le espera a todos aquellos que no puedan pagar esa medicina? Y lo más preocupante: ¿Acaso no pagamos impuestos para mantener todas estas coberturas de forma “gratuita”? ¿Para qué vamos a seguir pagando impuestos si cada vez vamos a tener menos prestaciones?
Realmente este gobierno lo que pretende, visto las reformas aplicadas y las que tienen preparadas, es someter a la clase trabajadora a los poderosos. Hay miles de maneras de recortar gastos sin necesidad de destruir empleos o reducir prestaciones sociales.
La banca sigue teniendo demasiado poder y sin embargo no se le han recortado ayudas ni subvenciones, y las grandes fortunas siguen evadiendo miles de millones de euros alojándolos en paraísos fiscales. La inmensa mayoría de opiniones de economistas españoles coinciden en que si se pusiese remedio a la evasión fiscal, España tendría cubierto el 80% del déficit público, con lo cual el 20% restante se podría obtener poniendo remedio a la economía sumergida. No obstante, este gobierno parece que, ya sea por temor o por complicidad, no tiene ninguna intención de aplicar ajustes a los que más tienen.
Francesc Cuenca Estepa
[Aquest text va estar publicat al núm. 36 de la revista Sota el cel del Puig, maig de 2012.]