Entrevista al capitán de navío (retirado) de la Armada español Manuel Ruiz Robles

per Salvador López Arnal darrera modificació 2020-03-25T15:24:42+01:00
“Estaba en marcha un golpe duro para el 2 de mayo de 1981, organizado por el sector más fascista del Ejército. El golpe del 23F fue un golpe palaciego, de inspiración monárquica, del que algunos políticos del arco parlamentario estaban al corriente y consideraban un golpe de "guante blanco" para ‘salvar la democracia".

 

Salvador López Arnal

Manuel Ruiz Robles es capitán de navío de la Armada (actualmente
retirado), ingeniero de la Ecole Supériure d'Electricité (Supélec),
DEA Physique de l'Energie de l'Université de Paris, Licenciado en
Ciencias por la UAM, membre bienfaiteur de l'ACER (Amigos de los
Combatientes en la España Republicana), adherent du Musée de la
Résistance Nationale. Por si faltara algo, Ruiz Robles fue también
miembro de la Unión Militar Democrática (UMD).


***


Para ubicar el lector, permítame iniciar nuestra conversación con
algunas referencias biográficas. Usted es capitán de navío retirado de
la Armada. ¿Cuándo se incorporó al Ejército español? ¿Por qué razones?


Mi incorporación efectiva como alumno de la Escuela Naval fue el 1 de
Agosto de 1960. Recibí mi despacho de oficial el 16 de julio de 1965.
Algunos años después, tras un concurso de méritos académicos, ingresé
en el cuerpo de ingenieros de la Armada. En él he desarrollado toda mi
carrera militar.


No existían antecedentes militares en mi familia. Mi decisión, a la
edad de 15 años, estuvo motivada por mi afición al mar. Mis tíos eran
humildes pescadores. En mis vacaciones de verano pasé momentos
inolvidables junto a ellos. Participaba en las duras tareas de pesca.
A veces pasaba uno o dos días en la mar a bordo de una barca de vela y
remos, entre redes y efectos navales, comiendo deliciosos pescados y
pimientos. Los asábamos sobre un pequeño artilugio de carbón de leña.
Sabores y olores que aún recuerdo con gran placer.
Las narraciones de mis dos primos –mucho más mayores que yo- de sus
aventuras en la mar, durante su servicio militar obligatorio en la
Marina, excitaban mi imaginación de niño. También me hacían soñar mis
lecturas juveniles: “El viejo y el mar”, “La isla del tesoro”,
"Raroia", “La balsa de la Kon-Tiki”, “Veinte mil leguas de viaje
submarino”… Nada trascendente.

Entro en materia. Le cito, tomando pie en un artículo suyo muy
reciente: “En la primera parte de este testimonio militar recordaba la
estrategia de terror llevada a cabo por el general Franco. Hice
referencia al crimen de lesa humanidad perpetrado en Málaga por parte
de la flota sublevada, y de la aviación alemana. El relato estremecido
de aquel crimen lo oí, siendo niño, de los labios temblorosos de mi
tía Encarnación. Ella, junto a mi tío José y sus tres primeros hijos,
fueron supervivientes de aquel horror”. ¿Nos describe brevemente ese
horror?


A mis tíos, como a miles y miles de familias en Málaga, les llegaron
noticias de las atrocidades que el ejército del general Franco estaba
llevando a cabo en Andalucía. Concretamente los saqueos, violaciones y
fusilamientos masivos. Vivían a unos 20 Km de la capital.
Ante la inminente llegada de las tropas fascistas, decidieron unirse
al río humano que pasaba junto a ellos. Cerraron su modesta casa de
pescadores y abandonaron su barca, varada sobre la playa. Sus tres
hijos mayores estaban en edades comprendidas entre 1 y 4 años. Tenían
un pequeño asno, negro y tierno como Platero, que les servía en sus
desplazamientos. En sus serones acomodaron a los tres pequeños,
añadieron provisiones para el camino e iniciaron el éxodo.
De día caminaban entre las explosiones de los obuses procedentes de la
escuadra franquista, de las bombas y del ametrallamiento de la
aviación. Auxiliaban en lo que podían a las personas agonizantes que
encontraban en el camino. Narraba mi tía Encarnación, aun presa de
terror, escenas terribles de niños, ancianos y personas adultas
destrozados por la metralla. De noche se alojaban en cuevas que
encontraban en los montes vecinos, en casas abandonadas o al borde de
la carretera, cuando el agotamiento, el hambre y la sed les impedían
continuar el camino.


Tras varios días interminables, entre el horror de los lamentos de
gente herida o moribunda, llegaron a Almería. Allí permanecieron hasta
el final de la contienda, sobreviviendo con la venta de deliciosas
tortas, que ellos mismos cocinaban.

Relata usted así la muerte de Grimau: “Fue detenido el 7 de noviembre
de 1962. Interrogado y torturado en la DGS situada en la Puerta del
Sol de Madrid. Condenado en una farsa de consejo de guerra -condena
aún no anulada- y fusilado el 20 de abril de 1963. El entonces
ministro de información y turismo, Manuel Fraga Iribarne, dirigió una
intensa campaña de intoxicación desinformativa. Intentaba dar
cobertura al asesinato que el franquismo iba a perpetrar un cuarto de
siglo después de finalizada la Guerra de España”. ¿Cómo es posible
entonces que a Manuel Fraga Iribarne, fallecido recientemente como
sabe, se le despidiera, prácticamente, con honores de Estado?


La ruptura con el régimen de la Dictadura que reivindicaban las
fuerzas democráticas no se llevó a efecto. Frente a esa pretensión
legítima se alzaba el muro del Ejército, mayoritariamente franquista.
Su distribución territorial recordaba a la de un ejército de
ocupación. Era un arma de "negociación" incuestionable en manos del
franquismo reinante. También de los poderes financieros que lo
sostenían. Era su último "argumento”.


Una correlación de fuerzas tan desfavorable posibilitó a la monarquía,
y a los poderes fácticos que la sustentaban, desplazar a su favor la
llamada transición política. Santiago Carrillo, secretario general del
Partido Comunista de España, fue presentado en sociedad por Manuel
Fraga Iribarne. De aquellos polvos estos lodos.

Ha señalado usted en alguna ocasión que su activismo político se
concretó en los años finales de la dictadura franquista y en los
inicios del período que solemos llamar “transición política”. Usted
fue miembro de la Unión Militar Democrática, la UMD, una de las caras
heroicas más injustamente olvidadas de aquellos años. ¿Qué fue la UMD? ¿Qué pretendían ustedes?


La UMD fue una pequeña organización de militares demócratas que, en su
breve pero intenso periodo de existencia, consiguió que el poder
militar franquista dudase de su capacidad para llevar a cabo con éxito
un golpe de Estado. Sabían quienes y cuantos éramos, pero desconocían
el alcance de nuestra influencia, de los simpatizantes.


Esa masa anónima militar era, y es, a mi juicio, la auténtica UMD.
Fueron los que mojaron la pólvora del  golpismo militar. La
organización fue la que abrió la compuerta. La abrió para que
penetrasen en el Ejército los valores de la riada humana que clamaba
libertad. El pueblo español se enfrentó a la policía franquista, en
manifiesta revuelta popular. En las calles, en los centros de trabajo,
en las universidades.


El imperativo para nosotros era de tratar de evitar -por todos los
medios a nuestro alcance- que el Ejército franquista actuase
violentamente contra el pueblo.


Ha sido publicado recientemente un libro sobre la UMD cuyo autor es un
militar en activo, intelectualmente muy capaz y muy cualificado.
Sorprende por su juventud y conocimiento profundo de unos hechos que
ocurrieron hace casi 40 años. También por su rigor histórico. Se trata
de "Los militares olvidados por la democracia" de Fidel Gómez Rosa.

Déjeme insistir en este nudo: ¿era usted en aquellos años un “militar
inconsciente”? ¿Sabía usted realmente lo que le podía pasar si
llegaban a saber de su activismo? De hecho, creo decir bien, usted fue requerido de oficio por un juez militar en el Cuartel General de la
Armada en 1977.


Mi toma de conciencia se inició en la propia Escuela Naval. En primer
curso, con 17 años. Leí Nada, de Carmen Laforet. Quedé asombrado. Mi
admiración no tuvo límites. Su lectura despertó en mí el deseo de
nuevas lecturas que me mantuviesen en contacto con el mundo de la
cultura. También el de entrar en contacto con el mundo universitario,
compartiendo las inquietudes de las chicas y chicos de mi generación.
Después vinieron otras lecturas.


Todos éramos conscientes. Conocíamos las duras penas del Código de
Justicia Militar franquista para el delito del que podíamos ser
injustamente acusados: rebelión militar. Las penas oscilaban desde
largos años de prisión a pena de muerte.

En cuanto al requerimiento…


Sí, fui requerido en 1977 por un juez militar por escribir un artículo
en un diario de alcance nacional, en el que reclamaba la amnistía para
mis compañeros de la UMD. Habían sido detenidos, procesados en consejo
de guerra, condenados a largos años y finalmente excarcelados pero no
amnistiados.

Más sobre este punto: el poder militar franquista, ha comentado usted mismo, “había estudiado previamente la posibilidad de asesinar” a los compañeros detenidos de la UMD “mediante un comando de "operaciones especiales" que debería dejar falsas pruebas, inculpando a ETA.


Finalmente la operación fue abortada…”. ¿Es así? ¿Nos explica con algo más de detalle lo que sepa de esta operación abortada?


No tengo un conocimiento directo. Dudo que existan documentos al
respecto. Sí sobre las informaciones que circularon verbalmente. Como
dato interesante puedo decir que el general Jaime Milans del Bosch se
opuso a tal operación y finalmente se decidió la detención y
procesamiento en Consejo de Guerra de mis compañeros, dirigentes de la
UMD.

También usted ha hecho referencia a la amnistía de 1977 en estos
términos: “su objetivo inconfesable fue -y sigue siendo- la de cubrir
con un manto de silencio los crímenes del franquismo, constituyendo de hecho una ilegítima "ley de punto final"”. ¿Se ratifica en esa observación? ¿Es así? ¿Rige por tanto en España una (inadmisible) ley de punto final?


Desde mi punto de vista sí. Fue una falsa amnistía. Con ella no llego
el perdón para los militares de la UMD. Esa es la prueba del 9. Los
que hundieron al país en un baño de sangre, y mantuvieron una
dictadura genocida que se prolongo durante cuarenta años, fueron
amnistiados. Los militares de la UMD que propiciaron la llegada de la
democracia por medios pacíficos no lo fueron.


Este hecho deslegitima tal ley y revela su sentido profundo. Es una
ley de "punto final" análoga a la que se dicto al término de la
sangrienta dictadura del general Videla. Después fue anulada. Videla,
el asesino temeroso de Dios, ha muerto recientemente en prisión.

Le hablo ahora del 23-F. Aquella tarde/noche fue requerido con
urgencia para que se presentase en su destino, un centro tecnológico militar dependiente del Cuartel General de la Armada. No sería fácil para usted, nada fácil. ¿Qué pasó realmente el 23-F? ¿Nos da su versión de lo sucedido?


Pocos minutos después de oír en directo por radio el asalto al
Congreso, oí en otra emisora el bando del general Milans del Bosch. Mi
impresión fue que se estaba consumando un golpe muy duro. En efecto,
aquella noche no fue nada fácil para ningún demócrata, pensé que nunca
más volvería a abrazar a mis seres queridos.


Puedo afirmar que estaba en marcha un golpe duro para el 2 de mayo de
1981, organizado por el sector más fascista del Ejército. También que
el golpe del 23F fue un golpe palaciego, de inspiración monárquica,
del que algunos políticos del arco parlamentario estaban al corriente
y consideraban un golpe de "guante blanco" para "salvar la
democracia".


Lo supe el mismo día en el que se desarrolló un acto público de
protesta por la tortura y muerte de Joseba Arregui. Murió en prisión
el 13 de febrero de 1981. Después de asistir al acto de protesta cené
con una compañera de trabajo y dos conocidos parlamentarios. Pocos
días después se producía el golpe.


Según pudimos oír en directo por radio, y en diferido por TV, aquello
fue muy impactante. Probablemente asustó mucho a los que estaban
advertidos, o incluso implicados. La forma tan violenta en la que se
desarrolló el asalto al Congreso y su posterior secuestro, así como la
toma de Valencia por los tanques de Milans del Bosch, no entraban en
sus cálculos. El "golpe de guante blanco" para "salvar la democracia"
les produjo pavor.


La finalidad evidente fue el famoso "golpe de timón" y el
reforzamiento de la figura del monarca. Lo consiguieron con un coste
altísimo para los incautos generales que se prestaron al juego. Así
que: "aviso a navegantes".


Habla usted también de que nuevos acontecimientos militares se
desarrollaron posteriormente al 23F. Señala, por ejemplo, que varios
“oficiales españoles del Ejército y de la Armada fueron enviados a
centros militares argentinos”. A la ESMA entre ellos, al mayor centro
de tortura y exterminio de la dictadura de Videla. ¿Es así? ¿Cuándo
fue? ¿Quiénes tomaron esa decisión?


La información de que dispongo, y puedo revelar, es de dominio
público. Tal información fue publicada en la prensa y transmitida por
las cadenas de radio y televisión. Si mal no recuerdo, el juez Garzón
tomó cartas en el asunto, e incluso hubo una interpelación
parlamentaria al Gobierno por parte de un diputado de izquierda. Basta
echar un vistazo en Google para llegar a la conclusión de que algo
irregular y muy grave pudo haber ocurrido. Además, no fue investigado.
Tomo nota del “puedo revelar” Y “del no fue investigado”.

Creo que usted abandonó la actividad política directa a mediados de 1986. ¿Por qué? ¿Todo estaba en calma? ¿Porque sus compañeros de la UMD, que habían sido excarcelados años atrás, fueron amnistiados ese año?


El régimen de la transición, incluidos los partidos de la izquierda
institucional, se opuso a cualquier activismo político de militares en
activo. Los militares que habíamos pertenecido a la UMD, e incluso los
simpatizantes detectados, fuimos relegados al ostracismo y severamente
penalizadas nuestras posibilidades de carrera. Según ellos estábamos
en el sistema menos malo. Vimos como se ascendía al generalato a
personajes indignos que abiertamente habían tomado partido a favor del
23F, mientras se relegaba a destinos secundarios a los militares
demócratas. Se había iniciado la era de Felipe González. Fue el
desencanto. ¿Qué quiere que hiciese?


Cesó su actividad política directa hace más de 25 años y ahora, de
nuevo, vuelve a ella. ¿Por qué? ¿Por qué en estos momentos?


Porque me han alarmado las declaraciones recientes de un general de
gran prestigio, ya en la Reserva, muy vinculado al Monarca. Ha tenido
contactos políticos y militares muy influyentes en los Estados Unidos
de América, según declaro él mismo en algún medio digital. Se comentó
en medios bien informados que iba a ser el futuro director del Centro
Nacional de Inteligencia (CNI) al pasar a la Reserva. Pienso que su
concepto de "patriotismo militar", por encima de constituciones, es la
antesala del golpismo.


También por la creciente actividad de enaltecimiento de la ayuda
militar aportada a Adolf Hitler por Franco, no sólo en artículos de
prensa del citado general, sino también de una delegada del Gobierno.
Me preocupa mucho la criminalización de los movimientos sociales que
se están dando en algunos medios digitales por parte de algunos
militares. Alguno justificando incluso la llamada "guerra sucia". Y lo
que es más grave, acusando a la izquierda parlamentaria de estar
detrás de esos movimientos -por otra parte, bien legítimos-, tales
como el 15M, 25S, mareas ciudadanas... Esto es promover
deliberadamente una opinión favorable a una intervención militar
contra el pueblo. Me parece indignante y totalmente inadmisible.


¡Pues no es para tirar de cohetes de alegría lo que cuenta! Le copio
otra vez porque vale la pena: el PCE, escribe, era entonces, en 1936,
un diminuto partido. “Al producirse el golpe militar, su disciplina
contribuyó decisivamente al fracaso parcial del golpe. Su combate en defensa de la libertad a las órdenes del gobierno legítimo de España, hicieron que sus filas creciesen rápidamente. Muchos de sus miembros en el exilio se unieron a la Resistencia en Francia hasta la Liberación”. Años más tarde, señala también usted, “fue el principal baluarte de la resistencia a la Dictadura”. Aparte de agradecerle el comentario (aunque yo nunca he militado en el PCE), ¿sigue pensando en el Partido Comunista de España en los términos que acabo de citar?


No tiene nada que agradecerme. Yo ni siquiera he sido votante del PCE.
Ya veré en las próximas convocatorias electorales.


Me he limitado a resumir algunos hechos históricos que caracterizaron
a dicho partido y es justo reconocer. Estos rasgos han sido
característicos de los partidos comunistas del sur de Europa, en
particular de Francia e Italia, que también combatieron con las armas
el nazi-fascismo. Por ejemplo, la memoria histórica del partido
comunista de Francia (PCF) es respetada y honrada en su país. Incluido
el respeto a dicha memoria histórica por parte de todos los partidos
democráticos y de sus Fuerzas Armadas. Cosa que evidentemente no
ocurre en el reino de España.


No hay que olvidar que el anticomunismo constituyó el principal
pretexto del franquismo para justificar su actitud de ayuda a Adolf
Hitler, posibilitándole después su principal coartada para su
transmutación de amigo del Führer en “vigía de Occidente”.
Por otro lado, en la guerra psicológica de los medios (falsimedia) al
servicio de los poderes financieros, se intenta confundir a la opinión
pública. Para ello se utiliza de forma indiscriminada la etiqueta de
"comunista" para cosas tan diferentes como puede ser el PCE o lo que
fue el régimen de Pol Pot y sus jemeres. Seria como incluir en el
mismo saco, bajo la etiqueta de "católico", a Teresa de Calcuta y a
Videla, el asesino temeroso de Dios. O a su Santidad Juan XXIII y a
los famosos curas pederastas.


No está mal su observación, nada mal. Maestros míos, marxistas muy competentes y arriesgados militantes del PSUC y del PCE han argüido de manera muy similar. Cambio un poco de tercio. España, afirma, quedó hipotecada mediante unas bases militares extranjeras tras los actos Franco-Eisenhower. ¿Las bases estaban pertrechadas con armamento atómico? ¿Lo siguen estando? ¿Quiénes controlan ese armamento? ¿España es, pues, un país que tiene la bomba?


Lo que puedo decir en estos momentos es de dominio público. En lo que
podríamos llamar la amistad "Franco-caudillo-de-España-vigía-de-occidente" y el “gobierno-de-los-Estados-Unidos-de-América”, era notorio que existían bases militares extranjeras con sobrevuelo de bombas de fusión sobre el territorio nacional. Bombas cuya espoleta era un detonador de fisión nuclear similar a las bombas arrojadas sobre Hiroshima y Nagasaki.


Una simple bomba de fusión de 40 megatones arrojada sobre Madrid
hubiese vitrificado la capital de España y llegado sus efectos a
Galicia. Aún recuerdo cuando cayeron, por accidente, sobre Palomares
(Almería) unas cuantas bombas que no llegaron a explosionar. Aunque
dejaron radioactiva la zona en donde cayeron.

No sabe cuanto agradezco su referencia a Palomares. Un amigo mío, un gran científico franco-barcelonés, Eduard Rodríguez Farré, no ha
cesado de insistir sobre este tema. Le he interrumpido, continúe por
favor.

En cuanto a la situación actual, es notorio que las bases militares
aun existentes, en particular la base naval de Rota en Cádiz, son de
carácter estratégico para la mayor potencia militar jamás conocida en
la historia de la humanidad.

Los submarinos atómicos estadounidenses, desde comienzos de los años
60 del siglo pasado, van dotados de misiles de gran alcance con cabeza
nuclear, capaz de borrar del mapamundi a ciudades del tamaño de Nueva
York, por poner un ejemplo. Obviamente ese armamento está controlado
por su propietario, el gobierno de los Estados Unidos de América.

Queda claro. Las Fuerzas Armadas actuales, en su opinión, “sobre todo en los escalones subalternos de la cadena de mando, simpatizan con los militares constitucionalistas que, cumpliendo con su deber, defendieron la Libertad. Lo hicieron a las órdenes del Gobierno de la República de España”, un gobierno “que encarnaba legítimamente la voluntad del pueblo español” añade. ¿No es aquí usted un pelín optimista? ¿De este material político-cultural está hecho realmente el actual Ejército español?

Como dije no lo estimo así en los escalones superiores del mando. Sin
embargo he seguido con interés y admiración, a través de la prensa y
de sus publicaciones, el nacimiento y desarrollo de la principal
asociación de militares españoles AUME, que forma parte de EUROMIL, la asociación de militares europeos.

He tenido ocasión, a lo largo de mi vida militar, de conocer y
conversar con algunos militares de países europeos y conozco algunas
de sus opiniones. No hace mucho, gobernando en Francia el anterior
presidente conservador, tuve la oportunidad de estar presente en un
acto en Paris. Fue en homenaje a la Resistencia francesa y a los
componentes de las Brigadas Internacionales. El acto se desarrollo
bajo el arco del triunfo, en la tumba al soldado desconocido, en la
plaza del General Charles de Gaulle.

Presencié, con emoción contenida, como un general de alto rango y un
almirante, ambos del Ejército francés, depositaban una corona de
flores, junto a otra que portaba una bandera con los colores de la
República española. Era la bandera de las Brigadas Internacionales.
Aquí, sin embargo, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid ordena a
la Universidad Complutense la retirada del monumento a las brigadas
internacionales, mientras una delegada del gobierno organiza un acto
en el que se enaltece la ayuda militar aportada por Franco a Adolf
Hitler.

¡No sabe cuando agradezco su observación! Déjeme insistir un poco más en el punto anterior: ¿cómo ve el momento actual? La derecha militar dura, si me permite la expresión, ¿no cuenta?, ¿es muy minoritaria?

A tenor de lo declarado públicamente por el anterior Comandante
General de la Infantería de Marina, está muy extendida una opinión que
podría denominarse de derecha militar dura. Aunque creo que dicho
general exagera un pelín. No todos compartimos sus opiniones.

Y usted que conoce bien el Ejército español, ¿observa alguna inquietud por el proceso político independentista que ha irrumpido en Cataluña en estos últimos años? ¿Intervendría directamente el Ejército en la situación si llegara el caso?

A tenor de las declaraciones que acabo de citar, sí. Sin embargo las
declaraciones públicas del presidente de AUME, la asociación de
militares más numerosa, no parece que vayan en la misma dirección.

Directamente, si me permite la osadía que no pretende ser descortés,
un militar retirado como usted, ¿qué piensa del derecho de
autodeterminación de los pueblos de España?

El derecho de autodeterminación de los pueblos está recogido en el
Pacto Internacional de Derechos Políticos y Civiles, ratificado por el
Estado Español el 27 de julio de 1977.

Si me pregunta mi opinión, le diré que soy profundamente respetuoso
con ese derecho. Ahora bien, espero y deseo que los pueblos de España
sigan unidos. Por ella lucharon y murieron muchos compatriotas
nuestros hace 77 años -y miles de generosos jóvenes de las Brigadas
Internacionales- en defensa de la Libertad. Es posible que nuestro
atraso histórico respecto a nuestros vecinos del Norte -sobre todo por
los dilatados periodos de falta de libertad- haga desconfiar a muchos
y prefieran la independencia. Gato escaldado, del agua fría huye.

La solución, a mi juicio, pasa por un proceso auténticamente
constituyente del pueblo español. Es decir, que el pueblo en libertad
encuentre una salida razonable a la actual situación y decida
constituirse como Estado federal o confederal. La solución ha de ser
política y nunca bajo el chantaje de las armas, que la harían
inestable y enconarían aún más si cabe el problema.

Estimo esencial que todos los pueblos nos mantengamos unidos
solidariamente, codo con codo, para hacer frente al saqueo a que
estamos siendo sometidos por la Troica. Es decir por la Comisión
Europa, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional.
Todos ellos en abierta complicidad con este régimen de la alternancia
bipartidista, puesto al servicio de los grandes poderes financieros,
incluida la gran banca española.

Escribe usted ahora desde posiciones de izquierda, desde posiciones republicanas. ¿No cree usted entonces que la Monarquía borbónica sea un régimen positivo para nuestro país? ¿Cómo ve usted el proceso de irrupción de una nueva República en España?

Para nada pienso que la monarquía -borbónica o no borbónica- sea un
régimen positivo para ningún país. Ya nos lo advertía el Evangelio:
por sus frutos los conoceréis. Y los frutos están siendo muy amargos
para las capas populares, es decir para la inmensa mayoría del pueblo
español.

La República llegará a lomos de una gran ola popular, que ya se está
formando, como respuesta a un régimen corrompido desde sus raíces,
origen de la lamentable situación en la que se encuentra nuestro
pueblo. El régimen borbónico agoniza, y eso la saben bien los poderes
fácticos. Sus coletazos en la agonía pueden resultar muy peligrosos y
hay que estar vigilantes. En estos momentos la movilización popular y
la batalla de las ideas son esenciales.

Le agradezco mucho la corrección “borbónica o no borbónica”. La
última, no abuso más de su generosidad: "Si me muero, que me muera /con la cabeza muy alta": con estos versos de “Vientos del pueblo” de Miguel Hernández abría un artículo reciente. ¿Cómo es posible que en 2013 Miguel Hernández, como tantos otros, siga siendo considerado un delincuente a efectos jurídicos?

Me remito a lo que ya he dicho. El régimen monárquico de la transición
se basó en un pacto con el franquismo, bajo el chantaje de las armas
de un Ejército abrumadoramente fascista. La legalidad franquista sigue
vigente. Por ello es casi imposible formalmente proceder a dichas
anulaciones.

La única vía es avanzar hacia un proyecto constituyente del pueblo y
para el pueblo, que rompa definitivamente con los residuos del
franquismo, incluida la monarquía, e instaure un régimen
auténticamente democrático.

La batalla de las ideas en el Ejército la están liderando los sectores
más reaccionarios, y eso es muy peligroso para nuestro futuro en
libertad. No hace mucho un general monárquico en la reserva afirmaba
en un medio digital: “la política es la continuación de la guerra por
otros medios". Eso podría explicar algunas de las cosas que están
sucediendo. Alguno no acepta que la guerra patrocinada por Adolf
Hitler en 1936 concluyó con la capitulación incondicional del III
Reich en 1945, aunque aquí sigamos sufriendo sus secuelas.

Entiendo bien los peligros a los que hace referencia. No abuso más de usted.  Permítame agradecerle su disposición a ser entrevistado, su generosidad conmigo y con los lectores, su singular punto de vista y sus excelentes argumentos. ¿Quiere añadir algo más?