¡Viva la unión fraternal y fructífera de S21 y XSUC!
Salvador López Arnal
El pasado sábado 12 de octubre, en el Centre Cívic de la Sedeta de Barcelona, los compañeros y compañeras de Socialismo XXI y XSUC organizaron una jornada de discusión y confluencia política que llevó por título “El proyecto de cambio a debate” .
Cuatro mesas: “La UE como problema: los efectos del euro y sus alternativas”; “Soberanía nacional y proceso constituyente”; “El futuro del sistema de pensiones, la educación y la salud”, y, finalmente, “La alternativa socialista y el proyecto de cambio”. Entre los ponentes, Pedro Montes, Giaime Pala, Salvador Jové, Diosdano Toledano, Jaume Botey, Armando Steinko, Héctor Illueca, Àngels Martínez, Rosa Cañadell, Vidal Aragonés, Ramon Franquesa, Joan Tafalla y Manolo Monereo. Años, décadas de lucha ininterrumpida, sabiduría popular y científica y resistencia popular y permanente a sus espaldas.
El 13, domingo, la asamblea de confluencia de ambas organizaciones. El lema del encuentro: “Sumar para transformar”. ¡Mejor imposible!
No es posible dar cuenta en esta nota –ni siquiera en dos gruesos volúmenes- de las ideas, informaciones, argumentos críticos, observaciones documentadas, debates fuertes y afables, que irrumpieron fraternalmente en la sala del encuentro a lo largo de más de 9 horas de discusión profunda, respetuosa, seria, ilustrada, argumentada. No es éste el punto de esta nota.
Tampoco lo es informar con detalle de lo expuesto en la jornada de confluencia de ambos colectivos. ¡Ha nacido otra estrella roja en el firmamento de la emancipación!
El punto de éste:
La unidad de ambas organizaciones es un paso, un pequeño paso si se quiere, que transita por la larga senda en la que todos y todas debemos continuar. Es muestra de lo mucho que podemos hacer y de lo mucho que estamos dispuestos a hacer. Vamos a dar, vamos a seguir dando batallas que parecen perdidas pero que no están perdidas. En absoluto. El nuevo colectivo abonará, seguirá abonando, la sal de la tierra, la sal de una tierra que debe ser transformada y que, como dijo el poeta asesinado por el fascismo español, da y debe dar sus frutos para todos. No podrán, no conseguirán silenciarnos. No podrán arrojarnos a la cuneta de lo estéril, al ámbito de lo alocado, al territorio del sinsentido, a las cunetas desde donde siguen llamándonos miles y miles de desaparecidos, de asesinados, de fusilados, de “delincuentes de rebelión militar” (es decir, de luchadores contra la barbarie, el fascismo, y a favor de la II República democrática). No, no los olvidaremos. Ni olvidaremos tampoco las injusticias terribles, inhumanas, criminales a las que están sometiendo a la ciudadanía popular de todos los pueblos de Sefarad, a la más desfavorecida, a la que no cuenta en sus cuentas insaciables. No habitará en nosotros el olvido. No podrán, no pasarán por encima de nuestras almas, de nuestros cuerpos y de nuestra resistencia cívica, democrática y popular. Ahí estamos, ahí seguiremos.
Vo Nguyen Giap, el general vietnamita que luchó con su país durante dos guerras de liberación, falleció el pasado viernes 4 de octubre, a los 102 años. Una semana antes del encuentro.
El mismo día, un ex Pantera Negra, Herman Wallace, que había pasado 41 años de su vida en confinamiento solitario en la Penitenciaría Estatal de Luisiana, murió de un cáncer de hígado incurable. Tenía 71 años. Días antes de su muerte, Brian Jackson había revocado una acusación que había robado gran parte de la vida de Herman. Según el juez Jackson, su condena en 1974 por matar a un guardia de la cárcel fue “inconstitucional”. A pesar de la falta de evidencia material, testigos “desacreditados” y un juicio ficticio, Wallace, poeta y amante de la literatura, y dos prisioneros más, conocidos todos ellos como “los Tres de Angola”, fueron encerrados para pasar una vida de indecible penuria por un crimen que no cometieron.
En una de las últimas fotos publicadas mientras estaba en su cama del hospital, Wallace alza el puño derecho. Perpetúa el legendario desafío de toda una generación de dirigentes afroamericanos. Mientras compañeros suyos lucharon por los derechos civiles en las calles de las ciudades de Estados Unidos, Wallace luchó por los derechos de los prisioneros. Cuatro décadas de injusto, de criminal confinamiento solitario pretendían quebrantarlo. No fue así. Lo fortalecieron. “Si la muerte es el reino de la libertad, entonces escapo hacia la libertad mediante la muerte”. Es una cita de Frantz Fanon que Wallace usó en la introducción a un poema que escribió en la prisión en 2012.
“La literatura puede y debe elevar el alma de un hombre”, dijo un día el general Giap. Tenía razón. Lo prueban las propias palabras de Wallace: “Mientras más fuerte suena mi voz, más profundo me entierran.”
Había, hay mucho en común entre Giap y Wallace. Nunca se encontraron. En una entrevista de 2004, Giap, hablando de la criminal guerra de EE.UU. en Irak, dijo que una nación que se alza y sabe cómo unirse siempre derrotará a un invasor extranjero. “Cuando el pueblo tiene espíritu para buscar la soberanía independiente… y muestra solidaridad, significa que el pueblo puede derrotar al enemigo”. Como Wallace, también Giap era muy frágil. Empero, sus voces, esas "voces definidas" siguen definiendo la historia.
Los compañeros, las compañeras de Socialismo XXI, de XSUC, unidos fraternalmente también quieren, también queremos definir la Historia. Porque son, porque somos, el género humano, la Internacional, como le gustaba decir al compañero y camarada de todos nosotros, miembro de Socialismo XXI, aquel filósofo comunista de una pieza al que todos llamábamos Paco, Francisco Fernández Buey. Y porque, como él, como Wallace, como el general Giap, también tenemos muy presente aquel poema imprescindible de Bertolt Brecht, “Loa a la dialéctica”, que copio aquí en traducción de Antoni Domènech:
Con paso seguro marcha hoy la injusticia.
Los opresores se disponen para otros diez mil años.
El poder asegura: lo que es, persistirá como es.
Voz, ninguna llega, sino las de los dominadores
Y en los mercados, dice bien alto la explotación: Ahora
Llegó por fin mi hora.
Pero entre los oprimidos muchos dicen ahora:
Lo que queremos, no ha de venir jamás.
Quien aún siga vivo: ¡que no diga jamás!
Lo seguro, no es seguro.
Lo que es, no persistirá como es.
Cuando los dominadores hayan hablado
Hablarán los dominados.
¿Quién osa decir jamás?
¿De quién depende que persista la opresión? De nosotros.
¿De quién depende su quiebra? De nosotros, también.
Quien haya sido derrotado, ¡que se levante!
Quien esté perdido, ¡que luche!
¿Quién detendrá al consciente de su situación?
Porque los vencidos de hoy son los vencedores de mañana
Y del jamás, saldrá el todavía.
Porque los vencidos de hoy, compañeros, compañeras, seremos los vencedores de mañana, y del jamás, de lo que ahora parece imposible, saldrá el todavía. ¿Quién podrá detener al consciente de su situación? Hablaremos los ahora dominados. Lo que no es, será.
Fuente: http://www.cronicapopular.es/